Hablemos de placeres urbanos.
No, no dejes de leer que ya verás como dentro de ti hay un sibarita del callejeo. Seguro que el hedonismo espacial se ha apoderado de ti en algún momento de tu vida.
Yo, por ejemplo, tengo debilidad por un sinuoso recorrido. Me encanta dejarme caer con mi bici por esta sucesión de placitas, siguiendo un antiquísimo zigzag en ligera pendiente. Es un viaje de apenas minuto y medio, pero, para mi es un momento de total felicidad, ¡un auténtico placer!
El placer de recorrer 320 m, desde el Café San Jaime hasta el Café Lisboa |
El recorrido va desde la Plaça de l'Espart hasta la Plaça del Doctor Collado. El primer zigzag es la Plaça del Marqués de Busianos, el segundo la Plaça del Forn de Sant Nicolau, el tercero un tramo del Carrer Cadirers que deja una placita con un magnífico ciprés junto al Colegio Mayor Rector Peset. Siguiente curva entramos en el Carrer Dances con un par de curvas antes de su estrechamiento máximo antes de llegar a la Plaza Companyia, acabamos por la calle trasera de la Lonja hasta la Plaça del Doctor Collado.
Sucesión de plazas, rincones... / MIXURO |
Este accidentado trazado lleva siendo así desde hace mucho tiempo, con ligerísimos cambios y quizá sea así por su condición de borde respecto a la antigua muralla musulmana de la ciudad.
Valencia de los Edetanos vulgo del Cid. 1738. A. Bordazar (Tomas Vicente Tosca) |
Ya me estoy viendo en 1.738 recorriendo estas mismas curvas al trote de un precioso corcel, ¿no es una preciosidad?
Fragmento del plano Dedetanorum vulgo del Cid 1738. J. Fortea (Tomas Vicente Tosca) |
Cuando digo que recorrer este espacio es un placer, no me refiero a un placer estético, ya que en la actualidad entre coches aparcados, bolardos y contenedores de basura la experiencia visual deja mucho que desear. Son esas curvas llenas de trapas y remiendos las que hacen que se fundan las perspectivas mientras mi bici se amolda a su trazado.
Las características de este recorrido son escasas en la ciudad, de hecho fuera de Ciutat Vella no se pueden ni soñar. Sin embargo no reciben el tratamiento que se merecen, una urbanización que ponga en valor sus extrañas cualidades y dignifique unas plazas que hoy en día nadie puede ver.
Plaça del Forn de Sant Nicolau con demasiados coches aparcados / MIXURO |
Una vez reivindicada la dignificación de mi joyita, he de decir que el placer al que me refiero no depende del momento actual sino que está en este lugar desde siempre, es el placer que se siente al recorrer un espacio, el que nos hace tomar el camino más largo, el que hace que vivamos las ciudades como una experiencia personal y única. Me consta que el placer que yo siento al bajar por estas calles es compartido por otras personas con sus bicis, sus piernas o sus motos.
Os invito a que vengáis conmigo a comprobarlo y sobre todo a que dejéis caer vuestros cuerpecillos entre estas sinuosas lineas, ¡es una gozada!
¡Enhorabuena por la entrada, María! Yo también he disfrutado muchas veces de esta secuencia de espacios urbanos tan deliciosos: debo ser un sibarita callejero, como tú ;)
ResponderEliminarLa primera vez que disfruté de este rosario de plazas encadenadas fue tras leer un artículo de Juan Francisco Noguera Giménez. Este escrito se basaba en su tesis doctoral, titulada "La ciudad histórica de Valencia como modelo de ciudad conventual". Tanto la tesis como el artículo me resultaron sumamente interesantes y cambiaron la visión que tenía de nuestra urbe. El autor decía que éste era uno de los recorridos procesionales (el mejor conservado) de aquella ciudad tan religiosa que fue Valencia. Parece ser que las comitivas discurrían por esta serie de plazoletas que había frente a conventos e iglesias. Os recomiendo que le echéis un vistazo a estos escritos, porque merecen la pena.
Otro de los itinerarios mágicos para mí es desviarme de la calle Caballeros y recorrer la calle Cocinas, de ahí cojo la calle Bany dels Pavesos y voy a salir a la calle Correjería. No sé como me las ingenio, pero siempre que hago este corto trayecto coincide que escucho los mazazos del Miguelete dando las horas. Es algo especial.
Muchas gracias Carlos.
EliminarNo tenía ninguna duda de que eres un sibarita callejero!
El artículo que mencionas no lo conozco pero lo buscaré porque me parece muy interesante lo que cuentas.
Respecto a tu itinerario mágico, ¡ahí me has dado! Yo casi lo tengo prohibido porque tienen un efecto añadido de túnel del tiempo. Ahí estaba La Marcha, me atrevo a decir que es uno de los "tugurios" más encantadores que ha tenido esta ciudad. Sus gruesos muros me hablan de noches divertidísimas con grandes amigos de todo pelaje. Por esta calle se llega también a Calcata y a La Flaca, con menos encanto pero con muchas historias. Si alguna vez me encuentras por estas calles seguro que llevo una sonrisa algo nostálgica en la boca. ¡Sin duda para mi también es un recorrido especial!
El ziga-zaga és una ressonància entre per exemple l’Arquitectura Àrab i la millor arquitectura de Mies (la d’abans dels grans contenidors i simetries clàssiques) I dins de l’àmbit del pensament la podem trobar també tant a l’obra de Deleuze com a les derives dels Situacionistes. El plaer de la Z que deia en aquest fragment de l’abecedari:
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=RmCE84excj4
Per cert aquest també és un dels meus recorreguts preferits. Jo amb la vespa
També es un plaer si fas aquest recorregut passejant mentre xarres de pensaments amb un amic especial com tu.
EliminarMolt bonica la Z del Deleuze! Gràcies Alfred!
Pues me has hecho retroceder muchos, muchos años: a mi etapa ochentera de visitas a València. En esos años el paisaje era otro bastante más abandonado que el de ahora y por ahí me llevaba mi amigo Sebas en su cochaso (no me acuerdo de la marca, pero era grande, de esos que tenía un maletero enorme y 4 puertas, mucho más que un Ford Fiesta) para atajar desde la plaza de la Reina hacia Quart y subiéndose a los bordillos que hiciera falta porque de otra forma no podía dar la vuelta a esas esquinas imposibles. La verdad es que o el coche era muy bueno o tuvo mucha suerte porque le duró muchos años, luego tuvo otro más pequeño.
ResponderEliminarOs estoy viendo con la música a todo trapo bajando la calle como si fuera un Slalom Gigante!!!
EliminarEfectivamente Ciutat Vella ha mejorado mucho desde los ochenta y ha sido una mejora bastante natural gracias a la regeneración del tejido social, tal vez los que hemos pateado sus calles de noche tendemos a pasearlas ahora con los niños de día.
María, yo también tengo debilidad por exactamente ese mismo sinuoso recorrido y siento exactamente lo mismo cuando lo bajo en bici (porque en realidad en Valencia hay algunas ligeras pendientes!): FELICIDAD MÁXIMA !!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarviva el centro histórico!
Muchas gracias por el post!
elena
Confirmamos que la ciudad puede ser algo "sensual" y esta reflexión me encanta!!!
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