¿Qué puede ser? / MIXURO |
¿A ver quién adivina qué es esta maravilla?
Ni idea ¿verdad? Es una pregunta difícil y para nosotros fue un hallazgo emocionante. Es algo que habíamos leído, que nos habían contado, pero como nadie nos facilitaba pruebas ni imágenes, no nos acabábamos de creer. Finalmente fuimos donde la teoría decía que debía estar y allí lo encontramos, ¡más de 200 años cumpliendo su función como un campeón!
Lo que estáis viendo es el primer plano de un clavo cerámico. Estos clavos se utilizaban antiguamente para sujetar las tejas de esas cúpulas azules tan típicamente valencianas como la "orxata". Los clavos, según leímos en el tratado de D. Manuel Fornés Gurrea solían ser de madera de ciprés, pero también los había cerámicos. Nuestro clavo en concreto es de una teja de la cúpula del crucero de la Iglesia de Santiago Apóstol de Benidorm, de finales del siglo XVIII.
Este edificio tiene dos cúpulas, la antigua en el crucero y otra moderna, de mediados del siglo XX, en una capilla lateral. El caso es que era la nueva la que tenía problemas serios ya que se le caían las tejas a la Plaza del Castillo (el centro más céntrico de la ciudad más turística). Observando e investigando detectamos dos posibles causas de este problema, por un lado, se habían tomado las tejas con un mortero demasiado rígido, lo que podíamos llamar el efecto "loctite" (pegado muy fuerte, muy rápido, pero muy frágil) por lo que no resistían los movimientos debidos a los cambios de temperatura.
Por otro lado, algunas tejas estaban cogidas con un clavo metálico no inoxidable. Este clavo, al quedar expuesto al ambiente marino, se oxidaba, aumentaba de tamaño y comenzaba un proceso de deterioro en cadena que terminaba con las tejas en la concurrida plaza.
La cúpula lateral, aunque relativamente reciente, presentaba un problema de caída de tejas a la vía pública que había que resolver urgentemente / MIXURO |
Tejas de mala calidad, tomadas con mortero demasiado rígido y clavadas con clavos de acero no inoxidable. La única solución es la sustitución / MIXURO |
Aunque en un principio estaba previsto cambiar las tejas de las dos cúpulas, vimos que en la cúpula antigua no entraba ni gota de agua. Sus tejas, aunque llenas de signos de envejecimiento, habían demostrado no desprenderse, ¡a no ser que les cayera un rayo!. Además, si desmontábamos las tejas, el sistema constructivo antiguo desaparecería y era una lástima ¿no os parece?
Finalmente decidimos dejar la cúpula antigua tranquila y centrarnos en la nueva.
Lo primero que teníamos que conseguir era unas tejas de calidad y de color similar a las de la cúpula antigua. Para ello sacamos una muestra de la teja original y se la dimos al fabricante para que obtuvieran un color lo más parecido posible.
Lo primero que teníamos que conseguir era unas tejas de calidad y de color similar a las de la cúpula antigua. Para ello sacamos una muestra de la teja original y se la dimos al fabricante para que obtuvieran un color lo más parecido posible.
Visto el estado en que se encontraban las tejas de esta cúpula, nos preocupaba tanto la elección del mortero como el sistema de "clavado" de las misma y en este sentido nos fue de gran ayuda un artículo de los arquitectos técnicos Fernando Benavent y Rafael Marín sobre la restauración de la cúpula de la Iglesia parroquial de San Martín Obispo de Alcácer. Me gustaría agradecerles la generosidad al compartir esta experiencia de un modo tan abierto.
Paula y Chencho, de la constructora Symetra, observando el resultado de su esfuerzo. ¡No fue nada fácil! / MIXURO |
Aquí las tenéis, las dos juntas, tranquilas,dispuestas a aguantar el sol, el viento y las tormentas / MIXURO |
Transcurrido año y medio desde la ejecución de la obra, el otro día nos acercamos a ver a nuestras queridas amigas, la antigua y la nueva. Parecían sentadas dialogando al sol, en una espléndida tarde de invierno, mirando al mar quizás 200 años más.
¡Guau, muy chulo! ¿El clavo cerámico acababa afilado en la punta o tenía la forma que se ve en la foto? ¿A qué material se clavaba o fijaba? ¿Al mortero?
ResponderEliminarLa verdad es que los artículos de Fernando Benavent y Rafael Marín son tremendamente reveladores. En estas intervenciones sobre las cúpulas vidriadas resulta también imprescindible consultar lo publicado por mi antiguo profesor Rafael Soler, que es un experto en la materia.
Hola Carlos,
EliminarEl clavo tiene la forma irregular acabada en punta, pero en este caso, se quedó clavada en el mortero.
En ocasiones nos ha resultado muy difícil encontrar respuestas a dudas constructivas concretas. Se agradece poder compartir conocimiento con personas tan generosas como tú, ¡muchas gracias!
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarUna vez más interesantísimo, al menos para un profano pero interesado en la materia. Una pregunta: ¿Parece que tras la remodelación las tejas del fondo que van al revés ya no son azules como antes, no? ¿Eso porqué es así? Para que se parezca más a la antigua de 200 años, o porque el presupuesto adjudicado no daba para las dos capas, o por motivos estéticos. Ya os digo, no tengo ni idea del tema, pero sí me ha entrado la curiosidad al observar el cambio.
ResponderEliminarGracias Javi,
EliminarLos tres motivos que propones son válidos. La solución de la cúpula antigua es con las tejas que hacen de canal sin vidriar. Lo que sucede es que el número de hiladas de teja nos venía marcado por los ladrillos del alero en los que arranca cada hilada y esto hizo que quedaran más separadas que en la cúpula antigua por lo que se percibe mucho más. Después de pensarlo mucho nos decidimos por esta solución también porque nos pareció más elegante y como además era más económica lo tenía todo a favor.
Ajam! Pues aclarado me queda entonces pues. Muchas gracias y de nuevo muy buen trabajo a todos los niveles!
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