martes, 12 de febrero de 2013

Adivina adivinanza...

¿Qué puede ser? / MIXURO

¿A ver quién adivina qué es esta maravilla? 
Ni idea ¿verdad? Es una pregunta difícil y para nosotros fue un hallazgo emocionante. Es algo que habíamos leído, que nos habían contado, pero como nadie nos facilitaba pruebas ni imágenes, no nos acabábamos de creer. Finalmente fuimos donde la teoría decía que debía estar y allí lo encontramos, ¡más de 200 años cumpliendo su función como un campeón!
Lo que estáis viendo es el primer plano de un clavo cerámico. Estos clavos se utilizaban antiguamente para sujetar las tejas de esas cúpulas azules tan típicamente valencianas como la "orxata". Los clavos, según leímos en el tratado de D. Manuel Fornés Gurrea solían ser de madera de ciprés, pero también los había cerámicos. Nuestro clavo en concreto es de una teja de la cúpula del crucero de la Iglesia de Santiago Apóstol de Benidorm, de finales del siglo XVIII.

La cúpula antigua, aunque se ve deteriorada en superficie, no deja entrar ni gota de agua. Desde el campanario siempre me dio la impresión de que esta cúpula hablaba con el Hotel Bali del arquitecto Antonio Escario, ¿qué se dirán? / MIXURO

Este edificio tiene dos cúpulas, la antigua en el crucero y otra moderna, de mediados del siglo XX, en una capilla lateral. El caso es que era la nueva la que tenía problemas serios ya que se le caían las tejas a la Plaza del Castillo (el centro más céntrico de la ciudad más turística). Observando e investigando detectamos dos posibles causas de este problema, por un lado, se habían tomado las tejas con un mortero demasiado rígido, lo que podíamos llamar el efecto "loctite" (pegado muy fuerte, muy rápido, pero muy frágil) por lo que no resistían los movimientos debidos a los cambios de temperatura.

La cúpula lateral, aunque relativamente reciente,  presentaba un problema de caída de tejas a la vía pública que había que resolver urgentemente / MIXURO
Por otro lado, algunas tejas estaban cogidas con un clavo metálico no inoxidable. Este clavo, al quedar expuesto al ambiente marino, se oxidaba, aumentaba de tamaño y comenzaba un proceso de deterioro en cadena que terminaba con las tejas en la concurrida plaza. 

Tejas de mala calidad, tomadas con mortero demasiado rígido y clavadas con clavos de acero no inoxidable. La única solución es la sustitución / MIXURO
Aunque en un principio estaba previsto cambiar las tejas de las dos cúpulas, vimos que en la cúpula antigua no entraba ni gota de agua.  Sus tejas, aunque llenas de signos de envejecimiento, habían demostrado no desprenderse, ¡a no ser que les cayera un rayo!. Además, si desmontábamos las tejas, el sistema constructivo antiguo desaparecería y era una lástima ¿no os parece?

Las tejas modernas a sustituir junto con una antigua. Encontramos grandes diferencias en el tamaño, espesor, color de la pasta, color y textura. La teja antigua tiene la textura de los dedos debido a su ejecución manual, presenta un orificio en su parte estrecha y en él encontramos el clavo cerámico que aseguraba la sujeción permitiendo ciertos movimientos. El resultado es que llevan ahí más de 200 años / MIXURO

Finalmente decidimos dejar la cúpula antigua tranquila y centrarnos en la nueva.
Lo primero que teníamos que conseguir era unas tejas de calidad y de color similar a las de la cúpula antigua. Para ello sacamos una muestra de la teja original y se la dimos al fabricante para que obtuvieran un color lo más parecido posible.

La  elección de un mortero capaz de permitir los movimientos de las diferentes superficies de la cúpula y el sistema de ganchos de acero inoxidable  que aseguran las tejas, intentan garantizar el comportamiento óptimo de la cubierta. / MIXURO

Visto el estado en que se encontraban las tejas de esta cúpula, nos preocupaba tanto la elección del mortero como el sistema de "clavado" de las misma y en este sentido nos fue de gran ayuda un artículo de los arquitectos técnicos Fernando Benavent y Rafael Marín sobre la restauración de la cúpula de la  Iglesia parroquial de San Martín Obispo de Alcácer. Me gustaría agradecerles la generosidad al compartir esta experiencia de un modo tan abierto.

Paula y Chencho, de la constructora Symetra, observando el resultado de su esfuerzo. ¡No fue nada fácil! / MIXURO
En el sistema de clavado antiguo el agujero donde se introduce el clavo se ejecutaba antes de la cocción de la teja pero, en la actualidad, esta perforación se realiza con la teja ejecutada y vidriada, pudiendo ocasionar serios desperfectos en el acabado de la misma. Para nosotros esto suponía un problema, ya que en caso de que se dañara la teja haciendo el agujero nadie se hacía responsable. Finalmente optamos por una solución mediante ganchos de acero inoxidable que no requería perforación y que ataba cada hilada de tejas. Con este sistema, si te fijas, puedes ver brillar el extremo del gancho en cada teja pero tratándose de una cúpula nueva nos pareció que era incluso conveniente evidenciar este cambio en la solución constructiva.

Aquí las tenéis, las dos juntas, tranquilas,dispuestas a aguantar el sol, el viento y las tormentas / MIXURO

Transcurrido año y medio desde la ejecución de la obra, el otro día nos acercamos a ver a nuestras queridas amigas, la antigua y la nueva. Parecían sentadas dialogando al sol, en una espléndida tarde de invierno, mirando al mar quizás 200 años más.

6 comentarios:

  1. ¡Guau, muy chulo! ¿El clavo cerámico acababa afilado en la punta o tenía la forma que se ve en la foto? ¿A qué material se clavaba o fijaba? ¿Al mortero?

    La verdad es que los artículos de Fernando Benavent y Rafael Marín son tremendamente reveladores. En estas intervenciones sobre las cúpulas vidriadas resulta también imprescindible consultar lo publicado por mi antiguo profesor Rafael Soler, que es un experto en la materia.

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    1. Hola Carlos,
      El clavo tiene la forma irregular acabada en punta, pero en este caso, se quedó clavada en el mortero.
      En ocasiones nos ha resultado muy difícil encontrar respuestas a dudas constructivas concretas. Se agradece poder compartir conocimiento con personas tan generosas como tú, ¡muchas gracias!

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  3. Una vez más interesantísimo, al menos para un profano pero interesado en la materia. Una pregunta: ¿Parece que tras la remodelación las tejas del fondo que van al revés ya no son azules como antes, no? ¿Eso porqué es así? Para que se parezca más a la antigua de 200 años, o porque el presupuesto adjudicado no daba para las dos capas, o por motivos estéticos. Ya os digo, no tengo ni idea del tema, pero sí me ha entrado la curiosidad al observar el cambio.

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    1. Gracias Javi,
      Los tres motivos que propones son válidos. La solución de la cúpula antigua es con las tejas que hacen de canal sin vidriar. Lo que sucede es que el número de hiladas de teja nos venía marcado por los ladrillos del alero en los que arranca cada hilada y esto hizo que quedaran más separadas que en la cúpula antigua por lo que se percibe mucho más. Después de pensarlo mucho nos decidimos por esta solución también porque nos pareció más elegante y como además era más económica lo tenía todo a favor.

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  4. Ajam! Pues aclarado me queda entonces pues. Muchas gracias y de nuevo muy buen trabajo a todos los niveles!

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