8 opciones para protegerte del sol

Valencia cuenta con unos 300 días de sol al año (datos aemet), lo cual es perfecto para que en invierno te entre el solecito en casa, y caliente sin coste energético, pero un dolor de cabeza para proteger las ventanas de la entrada de sol en verano y no achicharrarse en casa.

Este era un tema históricamente resuelto, pero que se ha abandonado en muchos edificios de nuestras ciudades. Se les obliga a sus usuarios a echar mano del aire acondicionado o a bajar las persianas, aunque ello convierta su casa en un zulo sin luz ni ventilación.

Cuando llega el sol, a bajar las persianas. Y el que se acostumbra a bajar la persiana en verano, igual acaba bajándola también en invierno. Distintos edificios en Paiporta y Ontinyent / MIXURO

Pero opciones, haberlas, haylas. Incorporando las soluciones habituales u otras en tu edificio, logras un gran efecto energético. Aunque puede que no tengan una incidencia excesiva en la letra de la certificación energética, para mi, evitar el excesivo soleamiento en verano debería ser imprescindible para una certificación alta de tu vivienda. Ojo, que si tu único interés era bajar un par de letras, ponte una caldera de biomasa y ya está. ¡Ya trataremos el tema de la certificación en otro post!

Para los no profesionales estos son unos esquemas para aclarar brevemente qué ocurre con la incidencia del sol en la ventana. La radiación solar entra en el local por la superficie vidriada y calienta las superficies interiores, y por tanto el local. La propia ventana impide la salida al exterior del aire calentado. Por tanto en invierno cuanto más fácil lo tenga el sol para entrar, mejor. Sin embargo en verano, lo importante es alejar lo más posible los rayos del sol de la ventana.

Posición de la protección solar y incidencia del sol en el interior en función de la misma y de si es verano o invierno  / JORGE DANIEL CZAJKOWSKI

Resumimos unas cuantas soluciones que se podrían incorporar en la rehabilitación de tu fachada:

1. Protección verde. Si puedes generar las sombras con vegetación, y si además es de hoja caduca, que permite el paso del sol en invierno, ¡lo mejor!. Pero si vives en un tercero lo tienes bastante difícil.

2. Colocar cortinas o estores por el interior: Aunque es lo más fácil porque además no altera la fachada del edificio, su utilidad para evitar el calentamiento es más bien reducida.

Edificio con vidrios especiales y cortinas para protegerse del sol en Valencia y el edificio de los toldos, también en Valencia. En la foto de la derecha una suma de casi todos los temas vistos en el blog  / MIXURO

3. Colocarte unos toldos: este es el preferido de las comunidades de vecinos.

Ventajas: muy económico para su "alto rendimiento".

Inconvenientes: su deterioro si no se cumplen una limpieza y mantenimiento básicos, junto con la costumbre de no unificar criterios todos los vecinos, acaban dando una imagen del edificio muy descuidada (por ser finos).

4. Vidrios reflectivos: y este es el preferido de los cristaleros, aunque su uso se restringe a los edificios comerciales y de oficinas.

Ventajas: solo necesitas cambiar el vidrio de tu ventana, sin incorporar nuevos elementos o mecanismos que requieran mantenimiento, etc.

Inconvenientes: la eficiencia es baja, y no es regulable a lo largo del año como si lo son el resto.

5. Aleros: Solución que abarca desde las terrazas y balcones hasta voladizos para dar sombra en la ventana.

Ventajas: perfecto para ventanas con orientación sur. Evita el soleamiento en verano y lo permite en invierno si las dimensiones son las adecuadas, sin necesidad de ser regulado por el usuario.

Inconvenientes: Menos eficientes si la orientación no es sur perfecto (sureste, suroeste, etc). Y con bastante complejidad para integrarlos en una fachada ya existente: por la dificultad compositiva, por la mayor envergadura de la obra, y porque se podría encarecer bastante.

Edificio en Valencia con paneles móviles de lamas horizontales, y edificio de viviendas para jóvenes en Torrevieja con protecciones mediante voladizos sobre las ventanas / MIXURO / BIPOLAIRE ARQUITECTOS

6. Lamas horizontales o verticales:

Ventajas: Encuentras gran cantidad de modelos para adaptarse a tu fachada. Y si además son regulables te permiten elegir la cantidad de sol en cada momento.

Inconvenientes: Necesitan limpieza y sobre todo mantenimiento, que si no se produce, además del deterioro seguro, podrían acabar por convertirse en no regulables.

7. Persianas alicantinas o de cadenilla: Son económicas, de larga duración y poco mantenimiento. Aunque no es posible su integración en la mayoría de edificios, a excepción de sistemas derivados de este, en los que ya pueden perder las ventajas anteriores.

A la izquierda edificio en la C/Na Jordana en Valencia con las persianas alicantinas y a la derecha imagen de la terraza del edificio de viviendas en la Rue des Suisses de Herzog y de Meuron reinterpretando el detalle constructivo de las persianas / MIXURO / MARGHERITA SPILUTTINI 

8. Mallorquinas:

Ventajas: casi todas, y por algo ha sido un sistema ampliamente empleado hasta ahora, llegando a marcar la imagen de una calle o de una ciudad entera. Además su integración en una fachada ya existente puede ser bastante sencilla.
Inconvenientes: Que también necesita consenso de todo el edificio, y ahí lo dejo. Necesita un mínimo de limpieza y mantenimiento. El tema es que aunque se vislumbran cambios, esto aun está poco arraigado entre nosotros.

La mallorquina pintada en verde, un elemento común y significativo de esta calle en Génova en la foto de la izquierda. A la derecha este edificio en París muestra que hay ciudades en las que la protección solar no es tan necesaria / MIXURO / NOEMÍ CONEJO

Y por último, recalcar que aprovechar la oportunidad de la reforma de la fachada del edificio para incorporar algún sistema de protección solar, permite el acceso a las subvenciones definidas en el nuevo Plan Estatal de fomento del alquiler de viviendas, la rehabilitación edificatoria, y la regeneración y renovación urbanas, 2013-2016 por mejora de la envolvente térmica del edificio (que también incluyen la mejora del aislamiento térmico y la sustitución de carpinterías). Para actuaciones como ésta la cuantía máxima de la subvención al edificio será de 2.000 euros por cada vivienda y por cada 100 m2 de superficie útil de local, con un máximo del 35% del coste subvencionable.

¡Si os vais a reformar la fachada, está clarísimo, ¿no?!